La combinación de dos de estas sustancias provoca
problemas en el aprendizaje de las polinizadoras, hasta el punto de que olvidan
cómo encontrar alimento.
Una
abeja recolecta el néctar de un girasol
La exposición a una combinación de pesticidas de uso
común en la agricultura puede volver más tontas a las abejas,
literalmente. Según dos nuevos estudios publicados en la revista Nature
Communications, estas sustancias interfieren en los circuitos de aprendizaje en
el cerebro de los insectos, de forma que los vuelven más lentos a la hora de
asimilar nuevos conocimientos o se olvidan por completo de asociaciones
importantes para su supervivencia, como la relación entre el aroma floral y la
comida.
Christopher Connolly y su equipo, de la Universidad
de Dundee (Reino Unido), investigaron el impacto en los cerebros de las abejas
de dos insecticidas comunes utilizados en los cultivos, llamados neonicotinoides y coumaphos, que
se utiliza en las colmenas de abejas para matar el ácaro
Varroa, un parásito que las ataca.
Abejas con cerebros intactos fueron expuestas a
pesticidas en el laboratorio en los niveles que existen en el medio natural y
después se registró su actividad cerebral. Los investigadores encontraron que
ambos tipos de pesticidas actuaban en la misma zona del cerebro implicada en el
aprendizaje de la abeja, causando una pérdida de la función. Si ambos
plaguicidas eran empleados en combinación, el efecto era aún mayor.
El estudio es el primero en demostrar que estos
pesticidas tienen un impacto directo sobre la fisiología del cerebro de las
polinizadoras. Otro trabajo de Geraldine Wright y Sally Williamson, de la
Universidad de Newcastle, mostró igualmente que la combinación de estos mismos
pesticidas afecta al aprendizaje y la memoria en las abejas. Sus estudios
establecieron que cuando las abejas han estado expuestas a combinaciones de los
pesticidas durante cuatro días, hasta un 30% no aprenden o hacen mal las
pruebas de memoria. Una vez más, los experimentos imitaban los niveles que se
veían en la naturaleza, esta vez por la alimentación de una solución de azúcar
mezclada con pesticidas.
Su
supervivencia, en riesgo
«Las polinizadoras realizan conductas complejas
mientras se alimentan que les obligan a aprender y recordar los rasgos florales
asociados a los alimentos. La interrupción en esta importante función tiene
implicaciones profundas para la supervivencia de la colonia de abejas, porque
las abejas que no pueden aprender no serán capaces de encontrar comida», señala
Wright.
La desaparición masiva de cientos de millones de
abejas en todo el mundo preocupa a los científicos desde hace años. El número
de estos insectos ha disminuido de forma desmesurada, una crisis que llaman el
problema del colapso de las colonias (CCD, por sus siglas en inglés) y
cuyo origen todavía no ha sido resuelto. Trabajos como estos pueden ayudar a
dar en la clave.
FUENTE: http://www.abc.es/
GRACIAS POR COLABORAR CON EL BLOG Tweets por @ELCAJONDENURIA
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