RADIO MISTERIO FM

lunes, 8 de abril de 2013

Erase una vez” … La Estrella (Paloma Navarrete)


La hija del firmamento, también llamada Moradora de las aguas por su proximidad al río representado en el arcano, es una preciosa jovencita en contacto directo con la naturaleza. Por primera vez encontramos en el Tarot una figura desnuda sin ningún disfraz social que disimule su naturaleza básica. Arrodillada a la orilla de un riachuelo juega con sus jarras completamente concentrada en la tarea de derramar el contenido de una de ellas en el agua y el contenido de la otra en la tierra de la orilla. Parece una sacerdotisa de la naturaleza que ha encontrado su lugar en la tierra, como indica su rodilla apoyada en el suelo y al mismo tiempo está en comunicación con el cosmos representado por las ocho estrellas que la iluminan.
La Estrella. Tarot Laberinto

Existen varios puntos en común entre la Estrella y el Carro: los dos arraigan en la tierra, en el dosel del Carro brillan doce estrellas que indican su relación con el universo, pero el Carro irrumpe en el mundo como un conquistador mientras que la Estrella actúa en el mundo nutriéndolo, irrigando la tierra con el agua de su jarra y sugiriendo la lactancia con sus pechos desnudos. Incluso las estrellas de la imagen evocan la Vía Láctea.

La Estrella. Tarot de Marsella

La Estrella está en el mundo, lo dicen sus dos vasijas de color rojo (las emociones, instintos, pasiones terrenales) y lo corrobora el paisaje donde se manifiesta esta criatura en el que aparecen los cuatro elementos: la tierra con sus brotes verdes, el agua, el aire de la atmósfera y el fuego de las estrellas. Aunque esas dos jarras nos recuerdan a las del Ángel de la Templanza y conectan, de alguna manera, a nuestra Estrella con los poderes arquetípicos, esta jovencita no tiene alas y sus jarras son rojas, símbolo de la naturaleza física y del sentimiento humano.







La Estrella. Tarot de Cristal


En el paisaje aparecen también dos arbolitos que ya no tienen nada que ver con aquellos árboles truncados que sostenían al colgado. Ahora han echado nuevos brotes y lucen floridos y hermosos recordando los árboles gemelos del Paraíso Terrenal: el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal que están enraizados como impulsos en la psique. Uno nos lanza a vivir la vida y el otro nos motiva para conocer la vida.






En cuanto a las estrellas que dan nombre al Arcano, dividen la carta en dos planos, como ocurría en los Enamorados, un plano superior, cósmico, divino y otro inferior, humano, terrenal. En el centro, una gran estrella doble y a su alrededor siete estrellas más pequeñas, los siete planetas que rodean a una estrella gigante que representa el proceso de la iluminación mientras los siete planetas representan los siete estados del proceso alquímico.

La Estrella.
En la Torre la iluminación, el rayo cegador que bajaba del cielo, era un cataclismo demasiado fuerte para que los humanos pudieran soportarlo de frente y mucho menos asimilarlo. En cambio las estrellas son puntos de iluminación a escala humana. La luz de las estrellas no puede cegar ni destruir. Es como el farol del Ermitaño que nos ofrece una iluminación limitada y controlada que los seres humanos pueden asumir.


La Estrella.






Las estrellas simbolizan fuerzas que nos guían. Guían a los navegantes a través de los mares y también ayudan a los astrólogos a relacionar “lo que es arriba y lo que es abajo”, según dijo Hermes Trismegisto, y la estrella de Belén guió a los Magos hasta el pesebre.





También las estrellas nos relacionan con la inmortalidad. Una vieja leyenda cuenta que en el momento de morir el alma sube al cielo donde brillará eternamente como una estrella. Cuando los héroes griegos morían Zeus los premiaba llevándolos al firmamento en forma de estrellas o constelaciones. Los viejos cronicones cuentan que, al nacer, a cada humano se le concede su propia estrella personal que será su guía y le protegerá de todo mal.

La via lactea
Existe otra leyenda que relaciona el macro y el microcosmos: en el momento del nacimiento el alma desciende a la tierra atravesando las esferas de los planetas y en cada una de ellas incorpora sus características. En el momento de la muerte cuando el alma hace el camino inverso va devolviendo a cada planeta lo suyo para que pueda ser de nuevo utilizado por la siguiente generación de almas recién nacidas.


La Estrella.

La carta se llama la Estrella porque quiere dirigir nuestra atención hacia el cielo y establecer una conexión entre los cuerpos celestes y lo que sucede bajo ellos. Sin embargo esta joven mujer es una criatura arquetípica que se mueve más allá del tiempo, ligada solamente al ritmo de la naturaleza. Criatura de las profundidades, del mundo intemporal de los planetas. Quizá por eso está relacionada con la mediumnidad, la intuición y, sobre todo, la ESPERANZA. Es el símbolo de esa parte de nosotros que, a pesar de una desgracia, de una tragedia se puede aferrar todavía a un sentido de la vida y a un futuro que puede ser diferente y mejor que el pasado.



La Estrella aparece como una figura femenina porque es nuestro lado irracional, o sea el lado femenino, más intuitivo y analógico. Los ojos de la Estrella no están fijos en las desgracias sino en la irracional sensación de que pronto llegará la aurora.
La Estrella.

Es la Buena Estrella que cada uno posee en su interior



Paloma Navarrete


FUENTE: http://www.tarotarcano21.com/


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