Una esperanza para la
leucemia de los ancianos
Glóbulos
blancos afectados por la leucemia.
En algunos pacientes mayores, con leucemia linfática
crónica (la más común), los tratamientos que funcionan en personas jóvenes no
siempre se pueden administrar debido al riesgo de los efectos secundarios.
Buscar alternativas que mejoren la eficacia de la 'quimio', sin poner en riesgo
a los pacientes con más de 65-70 años, es una de las prioridades en
la hematología actual.
Casi 40 hospitales españoles han participado en un
estudio internacional con este objetivo que se presentará en el congreso de la
Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se celebra a finales de mes
en Chicago (EEUU), pero que este año ha adelantado ya algunos de los trabajos
que se debatirán allí.
El estudio en fase III dividió a 781 pacientes
recién diagnosticados de leucemia linfática crónica (que no habían recibido
tratamiento previo) en tres grupos. En uno, únicamente recibieron quimioterapia
(clorambucilo); en el segundo, añadieron además rituximab (la terapia
inmunológica autorizada en la actualidad, pero que no se administra a los
pacientes más mayores por sus efectos secundarios). El tercer grupo, recibió
quimioterapia más el nuevo agente experimental (de los
laboratorios Roche), GA101.
"En este tipo de leucemia crónica, muchos
pacientes ni siquiera necesitan tratamiento", explica a ELMUNDO.es el
doctor Javier de la Serna, jefe de Hematología en el Hospital 12 de Octubre de
Madrid y principal investigador del trabajo en España (de donde procedían 109
de los pacientes). En el otro 50% de los casos, aproximadamente, la enfermedad
obliga a dar tratamiento: "En pacientes más jóvenes, se añade rituximab a
la quimioterapia; pero en personas mayores o con otros problemas de
salud estos tratamientos son peligrosos porque hacen descender sus
defensas y se trata de una población más vulnerable", aclara el hematólogo
español.
Para estas "necesidades no cubiertas" se
investigan en la actualidad tratamientos como GA101; "un rituximab
mejorado" en palabras del investigador español. Según los resultados
difundidos por la compañía, el nuevo tratamiento experimental logró retrasar
hasta casi los dos años la progresión de la leucemia, frente a los 10,9 del grupo
que únicamente recibió 'quimio' y 15,7 en el grupo de quimioterapia y
rituximab. En términos estadísticos, los beneficios de GA101 se traducen en una
reducción del 32% del riesgo de muerte o progresión de la enfermedad frente a
la quimioterapia sola.
"Son resultados muy impresionantes, con una
reducción drástica de los linfocitos desde los primeros ciclos", señala a
este periódico José Antonio García Marcos, especialista de la Sociedad Española
de Hematología y otro de los investigadores principales de la rama española. En
su opinión, el único 'pero' es que el fármaco se administra mediante
una inyección intravenosa, que requiere que el paciente esté cuatro o cinco
horas en el hospital con el gotero, "aunque con muy pocos efectos
secundarios".
El doctor De la Serna admite que el trabajo no ha
demostrado una mejoría en la supervivencia global (más allá de retrasar las
recaídas), pero confía en que esto pueda suceder con un seguimiento a más largo
plazo. Del mismo modo, el hematólogo español reconoce que es pronto para que
estos resultados cambien la práctica clínica actual en los hospitales;
"pero en mi opinión, cuando el trabajo esté más maduro, quizás el año que
viene, esto será así. Estamos ante resultados muy satisfactorios,
probablemente ante un nuevo estándar de inmunoquimioterapia" para los
pacientes mayores afectados por este tipo de leucemia crónica. Hay que tener en
cuenta que la media de edad de los pacientes incluidos en el trabajo era de 73
años.
Respecto a los efectos secundarios del nuevo medicamento,
el estudio sí apreció una mayor disminución de las defensas (neutrófilos),
aunque eso no se tradujo en una mayor incidencia de infecciones; un problema
que preocupa especialmente en estos pacientes.
Esta leucemia es la más frecuente en los
países desarrollados aunque su incidencia es menos frecuente en personas
menores de 50 años (cinco casos por cada 100.000 habitantes), aunque aumenta
significativamente a partir de los 70 (30 por cada 100.000). Todo esto, sumado
al envejecimiento de la población, convierte a estos pacientes en un grupo en
el que habrá que seguir buscando terapias eficaces y poco tóxicas en el futuro.
De hecho, como prosigue el doctor García Marco, del
Hospital Puerta de Hierro de Madrid, no es el único fármaco para esta leucemia
que se está investigando, y cuyos resultados se darán a conocer en ASCO.
"Hay una serie de estrategias terapéuticas nuevas, desde la fase I a la
III, muy prometedoras", señala. Es el caso de idelalisib (GS-1101), cuyos
resultados en fase I hablan de "muy buenas respuestas con pocos efectos
secundarios", concluye.
FUENTE: http://www.elmundo.es/
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