Los
peligrosos mascones de la Luna
Los
científicos que seguían la órbita de un satélite lanzado a la Luna en 1968,
solo un año antes de que un hombre la pisara por primera vez,
se encontraron con un problema inesperado. Por alguna razón, ciertas zonas de
la superficie lunar cambiaban el campo de gravedad, de forma que alteraban
la órbita de la nave y la ponían en peligro. Estas áreas llamadas mascones son
densas concentraciones de masa que posiblemente se formaron a causa de grandes
impactos de asteroides hace miles de millones de años. Ahora, científicos de la
universidad estadounidense de Purdue (West Lafayette, Indiana) han conseguido
realizar un mapa para localizarlas gracias a los datos
proporcionados por las sondas Grail de la NASA. El trabajo
permitirá que las futuras misiones a nuestro satélite sean más seguras, vayan
tripuladas o no.
Estas
grandes concentraciones de material se ocultan en la corteza lunar de la misma
forma que los arrecifes de coral se encuentran bajo las olas del mar. Son un
peligro invisible y devastador. Los mascones cambian el campo de gravedad,
por lo que pueden «tirar» de una nave espacial o empujarla fuera de su
curso, provocando un accidente.
«En
1968 estas concentraciones masivas fueron un descubrimiento desagradable cuando
los científicos preparaban el futuro alunizaje del Apolo 11 y han sido un
misterio desde entonces», afirma Jay Melosh, miembro del equipo científico de
la misión Gravity Recovery and Interior Laboratory (Grail), las dos sondas
gemelas destinadas a elaborar un mapa de gravedad de nuestro satélite y en la actualidad
empotradas tras terminar su vida científica. «Grial ha mapeado donde están y
tenemos una mejor comprensión de cómo se desarrollaron. Si volvemos a la Luna,
ahora podemos navegar con gran precisión», apunta el investigador.
Una Luna caliente
El
mayor conocimiento de los mascones también añade pistas sobre el origen y la
evolución de la Luna, y será útil en el estudio de otros planetas donde también
existen, como Marte o Mercurio. «Ahora sabemos que la luna antigua debe
de haber sido mucho más caliente de lo que es ahora y la corteza, más delgada de
lo que pensábamos», dice Melosh. «Por primera vez podemos averiguar el tamaño
de los asteroides que golpearon la Luna mirando las cuencas que quedan y la
firma de la gravedad de las áreas. Tenemos las herramientas para averiguar más
sobre el intenso bombardeo de asteroides, a lo que la antigua Tierra podría
haberse enfrentado».
Los
científicos creen que los mascones se forman cuando el material lunar
se funde por el calor del impacto de los asteroides. La fusión hace
que el material se vuelva más concentrado, más fuerte y más denso, y «tira» del
material adicional de las áreas circundantes.
El
conjunto de los datos de Grail ofrece un mapa detallado sin precedentes de la
distribución de masas en la Luna, además de facilitar información sobre su
estructura y composición interna.
Fuente:
http://www.abc.es/
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