Un equipo de astrónomos europeos acaba de anunciar
un descubrimiento inesperado. Un agujero negro que llevaba varias décadas
inactivo, ha «despertado» súbitamente para devorar un planeta que se le había
acercado demasiado. «La observación fue completamente inesperada -explica Marek
Nikolajuk de la universidad polaca de Bialystok y autor principal del
estudio- ya que se trataba de una galaxia que ha estado muy tranquila durante
por lo menos 20 ó 30 años». El hallazgo se acaba de publicar en Astronomy
& Astrophysics.
El agujero negro se encuentra a 47 millones de años
luz de la Tierra y está en el corazón de la galaxia NGC 4845 y el «banquete
espacial» fue observado utilizando el telescopio XMM Newtos de la Agencia
Espacial Europea (ESA), el Swift de la NASA y el MAXI, de la Agencia espacial
de Japón (JAXA). Según explican los investigadores, el hallazgo fue una
casualidad. De hecho, estaban observando otra galaxia en la misma región cuando
de pronto captaron un potente fogonazo de rayos X procedente de NGC 4845.
Por supuesto, aprovecharon para mirar qué estaba
ocurriendo, y se dieron cuenta de que la emisión de rayos X procedía de un halo
de materia alrededor del agujero central de la galaxia, un auténtico «monstruo
espacial» con una masa equivalente a la de 300.000 soles. Algo muy
extraño, ya que jamás se había detectado allí una actividad parecida. Para
sorpresa de los investigadores, lo que estaban viendo era justo el momento en
que el agujero negro estaba, literalmente, destrozando un planeta
solitario unas 15 veces mayor que Júpiter, para devorarlo en parte
inmediatamente después. Se puede ver una simulación en vídeo pinchando aquí.
La existencia de estos planetas errantes, expulsados
de sus sistemas solares por medio de «patadas» gravitatorias, ya ha sido
comprobada en numerosas ocasiones por los científicos y se piensa que son
extraordinariamente abundantes en muchas galaxias. «Es la primera vez que hemos
visto la destrucción de un objeto subestelar por parte de un agujero negro»,
aseguro otro de los autores del estudio, Roland Walter, del
Observatorio de Ginebra, quien añadió que «creemos que sólo las capas
exteriores del objeto fueron devoradas por el agujero negro, lo que supone
cerca del 10 por ciento de la masa total del cuerpo. Su núcleo, más denso, se
ha quedado en órbita alrededor del agujero negro».
Recordemos que un acontecimiento parecido tendrá lugar a mediados de
este mismo año en nuestra propia galaxia. Solo que esta vez, la
«merienda» no consiste en un planeta, sino en una nube de gas que en estos
momentos se dirige de cabeza hacia el agujero negro central de nuestra Vía
Láctea.
FUENTE: http://www.abc.es/
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