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viernes, 24 de mayo de 2013

Descubren la molécula que desencadena la molesta sensación de picor


Descubren la molécula que desencadena la molesta sensación de picor

Descubren la molécula que desencadena la molesta sensación de picor

¿Quién no ha experimentado alguna vez esa molesta sensación de picor en un punto inaccesible? Buscar la forma de aliviarlo frotando la piel se convierte en una prioridad. Para muchas personas que padecen psoriasis o eccema, él se hace crónico y causa mucha desazón.

Sin embargo, la erradicación de esta molesta sensación puede estar más cerca, según una investigación de los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses publicada en el último número de la revista Science. Una pequeña molécula denominada polipéptido natriurético cerebral b (Nppb, por sus siglas en inglés) es la que desencadena la necesidad imperiosa de rascarse, al menos en ratones. Liberada en la médula espinal, dispara el proceso que se experimenta más tarde en el cerebro como la sensación de picor. Y al eliminarla, la compulsiva necesidad de rascarse desaparece.

“Hemos identificado en el ratón las neuronas iniciadoras del prurito y averiguado los tres primeros pasos en el camino hacia el cerebro. Ahora queda encontrar circuitos similar en las personas e identificar moléculas que pueden orientarse para mitigar el picor crónico sin causar efectos secundarios no deseados. Por lo tanto, esto es un comienzo, no un final. "

A pesar del avance, los investigadores son cautos a la hora de sugerir posibles aplicaciones terapéuticas porque esta molécula iniciadora de tan desagradable sensación, el Nppb, también está presente en el corazón, los riñones y otras partes del cuerpo, así que intentar controlarla en la columna vertebral tiene el potencial de causar efectos secundarios no deseados.

Sin embargo, puesto que los sistemas nerviosos de los ratones y los seres humanos son similares, los científicos esperan que un circuito comparable para el prurito probablemente esté presente también en las personas. Si es así, esta molécula interruptor puede ser un blanco contra el que dirigir fármacos que logren apagar esa sensación continua que aqueja a millones de personas con prurito crónico.

El trabajo, publicado en la revista Science, también ayuda a resolver una antigua duda en neurociencia: "Nuestro trabajo demuestra que el picor, que se consideraba una forma de dolor de baja intensidad, es en realidad una sensación distinta, con su propio cableado en el sistema nervioso y un neurotransmisor propio que conduce la desde los receptores cutáneos hasta el cerebro," explica Mark Hoon, pH.d., autor principal del trabajo, del Instituto Nacional de Dental e investigación craneofacial, dependiente de los institutos nacionales de salud.

La sensación de picor junto con las de dolor, calor frío y temperatura y algunas táctiles viajan a través de la médula espinal hasta el cerebro por una vía denomina sistema anterolateral. En ocasiones la sensación de picor puede tener un origen neuropático, y aparecer sin ningún estímulo que la provoque, como consecuencia de una lesión cerebral ocasionada tras un ictus o una infección. En estos casos el prurito se desencadena por la activación espontánea de las neuronas implicadas en esta sensación que han resultado dañadas.

Para esta investigación se han utilizado ratones genéticamente modificados a los que les falta este neuropéptido A diferencia de los ratones salvajes, los que carecían de Nppb no mostraron reacción a ninguna sustancia química ni ninguna de las acciones que en el otro grupo provocaron el reflejo de rascarse, un indicador de que existe picor. A continuación, los investigadores inyectaron la molécula en los ratones modificados y estos empezaron a rascarse.

Según la investigación, cuando un estímulo causante de picor estimula los receptores de la piel, se libera Nppb en una zona de la médula espinal denominada asta dorsal, donde también confluyen las sensaciones de dolor, calor o frío. La liberación de esta molécula específica permite diferenciar entre esas sensaciones transmite el mensaje específico hasta el cerebro, donde es interpretado como picor. Este trabajo también explica por qué los antihistamínicos no son todo lo efectivos que cabría esperar en el tratamiento del prurito.

Fuente: http://www.abc.es/

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