Crean
un tomate púrpura «más sano y sabroso»
Hace
aproximadamente un año, un equipo de 300 científicos provenientes de diez
países logró secuenciar el genoma del tomate abriendo la posibilidad de
recuperar el sabor del tomate considerado industrial a través de la ingeniería
genética. Ahora, vez tenemos algo más: un tomate modificado por científicos del
Centro John Innes en Norfolk. Al introducir dos genes de boca de dragón, este
nuevo tomate posee un mejor sabor, y cuenta con una mayor cantidad de
antioxidantes, adquiriendo así un llamativo color púrpura.
Uno
de los problemas más serios que enfrenta la industria del tomate aparece a la
hora de retirar el fruto de la planta. Los tomates son recolectados mientras
están verdes, lo que hace más sencillo su transporte y almacenamiento (debido a
que son más duros y resistentes), pero esto provoca que pierdan sabor y
textura, ya que el fruto no alcanza la madurez necesaria “en la planta”. Esto
va directamente en contra de las necesidades del consumidor minorista y de las
grandes cadenas de distribución, que esperan un tomate sabroso y firme. En mayo
del año pasado se completó la secuencia del genoma del tomate, instalando la
posibilidad de “recuperar” su sabor a través de la ingeniería genética.
Sin
embargo, lo que tenemos hoy aquí va más allá del sabor. Se trata de un tomate
púrpura, modificado genéticamente por científicos del Centro John Innes en
Norfolk. Este tomate incorpora dos genes de la planta conocida como “boca de
dragón”. Estos genes activan a otros que permanecían dormidos en el tomate,
provocando un aumento en la producción de antocianina. Las
antocianinas se pueden encontrar naturalmente en una gran cantidad de frutas y
verduras, y es responsable por algunos de los tonos más reconocibles, como el
rojo de la zarzamora y el azul en el arándano. Sin embargo, el rol más
importante de las antocianinas es el de antioxidantes con propiedades
anticancerígenas.
Más tiempo en la planta
Otro
punto a favor del tomate púrpura modificado genéticamente está en su duración
una vez que es cosechado. Las pruebas realizadas por los científicos revelan
que pasan unos 48 días hasta que el tomate púrpura se echa a perder tras su
cosecha, contra las tres semanas del tomate convencional. Esto permitiría a la
industria dejar que el tomate se desarrolle por mucho más tiempo en la planta,
ganando olor y sabor, pero conservando su resistencia para el transporte.
Ahora, tal vez el tomate púrpura sea un poco chocante a la vista, en especial
sabiendo que fue modificado genéticamente, pero lo cierto es que el rojo no
tiene ninguna exclusividad sobre los tomates.
Existen
tomates que son púrpura en forma natural (como el “cherokee púrpura”), pero
también los hay en verde, amarillo, naranja, y hasta rosa. Las pruebas que
establecerán los beneficios del tomate modificado llevarán doce meses, pero
serán necesarios dos años adicionales para que las autoridades den el visto
bueno (o no) a su venta en forma de zumo.
Fuente:
http://www.abc.es/
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