Altamira, el asombro de la
primera obra maestra de la Humanidad
En 1928 el poeta Rafael Alberti dijo que
Altamira era «la oquedad más famosa del mundo», se atribuye a Picasso haber
dicho que «desde Altamira todo es decadencia» y decimos que la
Capilla Sixtina es la Altamira del Renacimiento. Todos sabemos que es
una obra maestra en el comienzo de la Historia del Arte; además, inicia la
excelencia de la pintura española que pasa por Velázquez, Goya y por los
citados maestros del siglo XX para continuar con los actuales Antonio López o
Miquel Barceló. Sí, Altamira y la pintura española son una imagen
reconocida internacionalmente de nuestra cultura, y un motivo de orgullo para
todos.
El Arte es uno de los patrimonios
exclusivos de la especie humana, del Homo sapiens, de nosotros.
Junto con el lenguaje articulado, la sonrisa y algunas creaciones o
logros colectivos, es de lo poco que, de verdad, nos distingue de los demás
habitantes del Reino Animal. La innovación que suponen la creación y el uso
frecuente y reiterado de la imagen, del Arte, es algo que -por ahora- parece
haber ocurrido por primera vez en la Europa paleolítica, una
innovación del pensamiento y la comunicación que se generaliza poco después de
la llegada de nuestra especie. Aquí se ha conservado la más antigua expresión
gráfica que acompañó aquellas primeras ideas con las que tratamos, quizá, de
dar un sentido especial a nuestra existencia. En la cueva de El Castillo un
grueso punto rojo fue hecho hace más de 41.000 años y una mano hace
más de 37.000; en Altamira, un gran signo formado por varias líneas paralelas
de doble curva fue realizado hace más de 36.000 años: son por ahora
las dataciones más antiguas de unas pinturas.
Pero Altamira no está aislada. Otras cuevas en
la cornisa cantábrica conservan figuras también representativas de algún
momento paleolítico, o ejemplos más precisos de ciertas técnicas artísticas, o
algún tema singular que completa el repertorio. Y es esto lo que debemos
aprovechar: las cuevas cantábricas con arte rupestre (del latín rupes,
roca) son un conjunto de lugares complementarios que definen y nos
permiten conocer una obra colectiva, un conjunto original de excepcional valor
universal.
La cueva de La Peña (Candamo) tiene
un caballo enmarcado en un camarín geológico cuya sola visión merece la visita; Tito
Bustillo (Ribadesella) sorprende con su panel de figuras bícromas
protagonizado por renos; el Pindal se asoma a un acantilado
sobre el mar y presenta uno de los escasos mamuts de la región; La
Garma (Omoño) ha conservado en el suelo, inalterados, los restos de la
actividad de aquellas personas junto a las pinturas y grabados, y los bisontes
de Covaciella (Peñamellera) parecen recién dibujados; las
cuatro cuevas del monte de El Castillo (Puente Viesgo) son en
conjunto una síntesis perfecta. Y Covalanas (Ramales de la Victoria) y
Ekain (Cestona) son reconocibles por cualquiera como excepcionales
edículos, profanos o sagrados, bajo la advocación de sus ciervas y caballos.
Algunas cuevas pueden visitarse, pero tienen
plazas limitadas en razón de su conservación y conviene reservar la
visita con antelación. Además, para disfrutar conociendo la Prehistoria y a
quienes crearon el arte, habitaron las cuevas y poblaron el territorio en aquel
tiempo se creó el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira,
junto a la cueva y la monumental Santillana del Mar, y también han surgido
centros de interpretación en Cestona, Ribadesella y Teverga. Son excelentes
productos para el ocio cultural y el pretexto idóneo para recorrer los valles y
la costa con la familia y los amigos: les garantizo que las cuevas,
los muesos y los paisajes les provocarán fuertes emociones que compartir entre adultos
y niños como una recompensa imborrable.
Para todos puede ser fantástico viajar a la cornisa
cantábrica con el pretexto del arte más original del mundo; visitar
estas cuevas y museos y conocer a aquellas personas y su arte; sentirlas
cercanas y comprensibles a pesar del tiempo transcurrido; descubrir con
sorpresa que aún utilizamos objetos como los suyos y que practicamos
con gozo e inconsciencia atavismos que proceden de aquella época: los
tiempos de Altamira.
FUENTE: http://www.abc.es/
GRACIAS POR COLABORAR CON EL BLOG Tweets por @ELCAJONDENURIA
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